Al igual que nosotros, los niños romanos tenían mucho tiempo libre que empleaban en inventarse juegos para divertirse.
Las nueces eran para los niños romanos como los cromos o tazos de hoy en día : se coleccionaban y acumulaban, y cuantos más se tuvieran, mejor. Es así como hemos llegado a encontrar uno de ellos : nuces castellatae.
EN QUÉ CONSISTE.
Este juego consiste en formar unos 5 castillos (de ahí castellatae) o pirámides de nueces que los jugadores deben derribar lanzando otra nuez desde una distancia de unos 2 o 3 pasos. El jugador que más castillos destruya en un sólo turno (que consta de 5 lanzamientos) es el ganador y, generalmente, esto le daba derecho a quedarse con cuantas nueces hubiese tirado.
PAR-IMPAR
Para determinar quién empieza a lanzar, una de las maneras de echarlo a suertes era el juego de par impar. Consiste en que cada jugador tiene 5 piedras, de las cuales en un puño debe colocar una, dos, tres, cuatro o cinco ; y el otro debe adivinar si el número de piedras que tiene es par o impar. Quien acierte empieza,
NUESTRA EXPERIENCIA
He aquí un vídeo recopilatorio de cómo preparamos y desarrollamos la actividad para nuestros compañeros de clase. En mi opinión, esta actividad me ha parecido muy interesante ya que nos acerca a la parte más cotidiana de los romanos, que se parecen bastante a nosotros. Este juego, en concreto, me recuerda a nuestra petanca o a los bolos. Ha sido muy divertido poder sentirnos niños romanos por un día.